El envejecimiento es un proceso biológico normal que les sucede a todos los seres vivos. Se manifiesta genéticamente a partir de los 28 años y visiblemente, de forma externa a partir de los 30-35 años.
Existen dos tipos de envejecimiento:
Existe un envejecimiento genético, que es universal e inevitable: el envejecimiento intrínseco. Se debe al paso del tiempo, y contribuye tan sólo en un 15% al envejecimiento total. El envejecimiento intrínseco está determinado tanto por el “reloj biológico” (el acortamiento de los telómeros y la disminución de la función hormonal), como por las consecuencias del metabolismo normal (los radicales libres, y la glucosilación no-enzimática de las proteínas). La longevidad se hereda por vía materna, puesto que el gen responsable del acortamiento de los telómeros se hereda a través del cromosoma X.
El 85% de nuestro envejecimiento, sin embargo, es extrínseco: procede de factores externos, como la exposición crónica a la radiación ultravioleta, radiaciones ionizantes y a factores ambientales; hábitos tóxicos, como el consumo de alcohol y el tabaquismo; y el estrés y la obesidad, entre otros.
El ser humano se halla entre los más longevos de la naturaleza. Cada vez vivimos más. La proporción de personas mayores crece en todo el mundo a mayor velocidad que cualquier otro grupo de edad, produciéndose un envejecimiento acelerado de la población y un aumento en la esperanza de vida. En España, tercer país del mundo con mayor esperanza de vida, llegamos a vivir 81 años de media.
Este aumento de la longevidad implica un replanteamiento de conceptos y propuestas por parte de la sociedad: entender esta etapa de la vida como un ciclo más de crecimiento personal, añadiendo “vida a los años y no solamente años a la vida”.
¿Cómo mejorar la calidad de vida durante el envejecimiento?
La Medicina Antienvejecimiento es la rama de la Medicina que pretende mejorar la calidad de vida durante el proceso fisiológico del envejecimiento, considerando todos sus aspectos, incluidos los puramente cosméticos del envejecimiento cutáneo.
No es una Medicina para ancianos, sino que pretende prevenir la aparición de las mal llamadas “enfermedades de la vejez” y retrasar el deterioro orgánico y mental de la persona.
Cuanto antes se corrijan los hábitos perjudiciales y se subsanen de forma efectiva las deficiencias detectadas, mayor será la prevención del envejecimiento y las enfermedades asociadas a la edad.
La edad ideal para empezar a adoptar medidas de prevención del envejecimiento se sitúa entre los 35-40 años.
Los tratamientos de Medicina Antienvejecimiento y Medicina Regenerativa, mediante el uso de determinadas pruebas y parámetros específicos (como el estudio genético de los telómeros), establecen la edad biológica (edad en relación con el grado de envejecimiento) de un individuo y la confrontan con la edad cronológica (edad estipulada por la fecha de nacimiento), para determinar si el envejecimiento es fisiológico o, por el contrario, se sufre un envejecimiento patológico.
¿Qué beneficios se obtienen tras los tratamientos?
Tras el estudio, se aplica un tratamiento personalizado, diseñado específicamente para cada persona en concreto.
En pacientes sanos, logramos evitar la aparición de numerosas enfermedades asociadas a la edad y mejorar el estado de salud en general. Y al enlentecer el proceso de envejecimiento, las manifestaciones externas tardan más en aparecer, con lo que los tratamientos estéticos son más efectivos y duraderos, y necesarios con menor frecuencia. Es lo que llamamos “la salud al servicio de la belleza”.
En pacientes que ya presentan algún tipo de patología, el estudio de los déficits que ocasiona la propia enfermedad y la medicación que lleva asociada, nos permite establecer medias terapéuticas complementarias, a través de una dieta adecuada y suplementos específicos, que disminuyan los efectos secundarios y mejoren su calidad de vida.
En 2012, la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió el envejecimiento activo como “el proceso por el cual se optimizan las oportunidades de bienestar físico, social y mental durante toda la vida, con el objetivo de ampliar la esperanza de vida saludable, la productividad y la calidad de vida de las personas a medida que envejecen”. Actualmente, la ciencia va más allá y ya se habla de un “envejecimiento positivo”, en el que el individuo, en vez de empeorar, mejora sus condiciones, de la mano de la Medicina Regenerativa y Antienvejecimiento.